La isla de Santa Catarina, en Brasil, un lugar donde se respira mar y la vida transcurre a ritmo de bossa nova, fue el escenario del Seminario GUIDE de Educación Superior Virtual, hospedado por UnisulVirtual.
El Seminario fue una experiencia interesante en varios aspectos. La presencia de representantes de dos de las universidades a distancia más reconocidas en el mundo occidental, The Open University del Reino Unido y la Universitat Oberta de Catalunya, resultó enriquecedora. Josie Taylor y Andrew Law hicieron una excelente presentación del riquísimo caldo de cultivo que es la Open University, de la variedad de servicios que ofrece a sus estudiantes y al público en general y de los beneficios que trae para la universidad compartir sus contenidos educativos. Con Marcelo Maina, de la UOC, sostuve una plática muy interesante acerca de nuestras experiencias de comunicación interdisciplinaria en nuestras respectivas universidades. Contra lo que yo esperaba, dadas las importantes diferencias entre nuestras instituciones, nuestras experiencias resultaron muy similares.
La Università degli Studi Guglielmo Marcoi (USGM) de Italia presentó su plataforma educativa S.I.M, la cual está patentada (sic), en tanto que la UNED estuvo presente a través de la imagen de García Aretio, quien envió un video en donde discute la variedad de combinaciones de presencialidad y virtualidad en la educación de hoy y mañana.
En lo general, me gustaría resaltar el énfasis hecho por las universidades europeas en la importancia social y beneficios para las instituciones de compartir sus contenidos educativos. Curiosamente, pareciera que a las universidades latinoamericana les cuesta mucho más trabajo compartir lo poco que tienen. Otro contraste importante se dio entre el discurso basado en experiencias, en exploraciones educativo-tecnológicas concretas basadas en diseño y acción, y el discurso socioeducativo teórico que asume la tecnología como un fenómeno social más, supone que por ello la conoce y entonces la discute con poses de experto. Por supuesto, no faltó quien aseverara que la tecnología por sí misma no tiene ningún impacto en el aprendizaje y que lo que realmente importa es la capacidad pedagógica del docente, en franco contraste con un reconocimiento general de la enorme transformación en el acceso a información y conocimiento, en la comunicación, interacción y estructura sociales que está resultando de la incorporación creciente, constante e inevitable de las tecnologías de información y comunicación en nuestras vidas y, consecuentemente, en los sistemas educativos.