El Sistema de Universidad Virtual (SUV) de la Universidad de Guadalajara (UDG), conocido también como UDGVirtual, fue fundado en 2005 para ofrecer estudios de licenciatura en modalidad en línea, como derivación natural, en el contexto de presencia creciente de la tecnología digital en el entorno público y privado, de esfuerzos previos por ofrecer estudios al mismo nivel en la modalidad a distancia usando medios como el teléfono, el telégrafo y el servicio postal para establecer comunicación y compartir información con los estudiantes.
En ese tiempo no había Facebook ni Twitter, ni iPhones ni Android; Google acababa de iniciar su cotización en la bolsa y todavía no había Google Chrome; Elon Musk tenía menos de un año en Tesla y apenas el 16.10% de la población en México hacía uso de Internet. Ciertamente, la educación en línea asíncrona ya existía en varios países desarrollados como la Gran Bretaña, Canadá, Holanda y Estados Unidos de América, pero era muy escasa internacionalmente y todavía una novedad en México, de modo que la Universidad de Guadalara dio un enorme paso a la vanguardia con la fundación del SUV, pensado como la punta de lanza en la exploración de modalidades que, hasta ese momento, eran de muy poco interés para el sistema educativo nacional e incluso internacional.
En quince años, las cosas cambiaron radicalmente. Todo lo que no existía vino a existir y se duplicó la población que hacía uso de Internet en México. El uso de la tecnología en la educación se volvió no solamente signo de buena calidad, sino que además pasó a estar al alcance de la mayoría, al menos en apariencia. Los cinco años de experiencia del SUV en educación mediada por tecnología digital, así como las decenas de años de maduración previa, se desvanecieron a los ojos de algunos miembros de la comunidad UDG, como ha sucedido también con varias dependencias similares en otras instituciones de América Latina. El desarrollo tecnológico acelerado y, recientemente, la pandemia, convirtieron la misión de unos cuantos en una necesidad de muchos y, aparentemente, una tarea accesible para todos.
Sin embargo, el SUV ha sido pionero no solamente en usar tecnología digital como medio para la educación, sino también en convencer a la UDG de que pueden existir estudiantes que no demandan la construcción de edificios, así como maestros que no les pasan lista, que les dan clases sin ir a las aulas y que, por consiguiente, no firman de asistencia. Pionero en mostrar que ni estudiar ni dar clases en línea es fácil, de modo que no cualquiera puede hacerlo —la pandemia lo ratificó después, resaltando las enormes deficiencias de una educación presencial que no genera ni autogestión ni motivación por el aprendizaje en la gran mayoría de sus estudiantes, requisitos indispensables para la educación en línea. Pionero también en dejar claro que los docentes de educación en línea existen físicamente, son muchos y, consecuentemente, tienen derecho a una delegación sindical; en demostrar que la normativa universitaria necesita modificarse substancialmente para atender efectiva y eficientemente las condiciones de una nueva época.
No han sido solamente el desarrollo tecnológico y la pandemia los que han puesto la mediación tecnológica en la educación al alcance de todos. Han sido también años de trabajo y de experiencia en avanzar a través de las aguas espesas de la administración y la cultura universitarias. Lo que una visión superficial de lo sucedido en la pandemia puede hacer parecer un logro pequeño necesita apreciarse en su contexto, como el episodio IV de Star Wars.
Soy egresada de UDG Virtual y efectivamente esta modalidad forma profesionistas independientes en su forma de aprender, gracias a esta modalidad conocí varias plataformas y muchas herramientas de investigación.
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