La robótica parece ser una nueva moda en la educación, pero el caso es que tiene mucho sentido ofrecer a niños y jóvenes la oportunidad de aprenderla. La digitalización del entorno de vida, de estudio y de trabajo que observamos hoy es apenas la sombra de la que a ellos les tocará presenciar y vivir en ese entorno digitalizado sin comprender su naturaleza será como vivir hoy en una ciudad sin saber leer ni saber andar por la calle.
La robótica ofrece a niños y jóvenes la oportunidad de aprender a programar y de observar, de manera directa y tangible, el resultado de su trabajo. Con ello desarrollan capacidades propias de la programación como son la abstracción, la identificación de patrones y la descomposición de problemas en subproblemas, que son muy útiles en otros contextos. Desarrollan también la capacidad de atender un problema en términos computacionales; de observar el comportamiento deseado de un robot y modelarlo en términos de componentes e interacciones, de procesos y flujos de información, de algoritmos y estructuras de datos.
Las tecnologías de información y comunicación tienen el potencial de convertir a consumidores en productores-consumidores capaces de competir con las grandes empresas en la venta de productos y servicios. Hoy en día «cualquiera» puede mantener un blog o un canal en YouTube, crear una página web o una aplicación para distribuirla en Google Play o ITunes, ofrecer servicios de taxi vía Uber y de hospedaje vía Airbnb. En un futuro cercano, «cualquiera» será capaz de generar productos físicos y electrónicos para uso personal o para venta y distribución, usando impresoras 3D y componentes genéricos. Esto es, cualquier persona que haya desarrollado capacidades de crear, diseñar, construir, innovar.
La robótica ofrece a niños y jóvenes la oportunidad de desarrollar, precisamente, estas capacidades: de imaginar u observar un comportamiento y crear en su mente un robot que lo lleve a cabo; de diseñarlo, construirlo y programarlo; de evaluar su comportamiento y hacerle ajustes; de cometer errores y corregirlos, una y otra vez, hasta obtener el efecto deseado: un producto concreto, tangible, que materializa todo el pensamiento abstracto previo.
Si bien los beneficios de enseñar robótica previamente mencionados son característicos de ésta, la robótica conlleva otros beneficios, como servir de espacio de aplicación del conocimiento adquirido en otras disciplinas —física y matemáticas, de manera directa en la construcción de un robot, pero también otras disciplinas a través de los problemas a resolver con el robot, o los robots. Crear, diseñar, construir, programar, evaluar y ajustar un robot son actividades que involucran una variedad de competencias que no son fáciles de encontrar en un individuo, pero son fáciles de encontrar en un equipo. De ahí que la robótica sea también un espacio idóneo para el desarrollo de la competencia de trabajo colaborativo, en equipo con otros compañeros o con estudiantes más avanzados.
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